Se llama Saioa Cañibano y es la madre de su hijo Romeo. Nada sabíamos de ella hasta hace pocos meses, precisamente cuando nació el bebé. Celoso de su vida privada como el que más, Carlos Vela presentó por fin a su novia en sociedad aprovechando su emotiva despedida en San Sebastián: el crack mexicano pone fin a su periplo europeo tras 12 temporadas y pone rumbo a la soleada California donde será el jugador franquicia de un nuevo club de la MLS, Los Ángeles FC.
El 19 de noviembre de 2016 Carlos Vela se convertía en padre. Romeo llegaba al mundo y poco tiempo más tarde el futbolista mexicano publicaba una foto del retoño al lado de una chica misteriosa de la que nada se sabía. Todo el mundo se puso a indagar y dieron con un nombre: Saioa Cañibano.
Periodista que trabaja para una web especializada en noticias sobre la Real Sociedad, todo hace indicar que esta vinculación de Saioa con el fútbol fue lo que le puso en contacto con el delantero. Aunque no sabemos a ciencia cierta cuánto tiempo llevan juntos, todo hace indicar que la relación se coció a fuego lento desde que Vela aterrizó en San Sebastián allá por 2011.
El futbolista que quería disfrutar de la vida… pero no de la fama
Carlos Vela es un rara avis en el mundo del fútbol de élite. ¿Cuántos cracks conocemos que prefieran el anonimato y la tranquilidad de una vida sencilla a costa, incluso, de no progresar en su carrera profesional?
«No me gusta todo lo que rodea al futbolista en general. Me gustaría ir a casa y ser un extraño. Todo eso me hizo perder el gusto por el fútbol. Es por eso que renuncié a mi participación en el Mundial 2014».
Estas declaraciones que hizo el de Cancún en una entrevista previa a la Copa del Mundo de 2014 mostraban su peculiar forma de ser: prefería renunciar a vivir un Mundial con su selección para no perder su ritmo de vida. Aquella decisión le supuso numerosas críticas, pero la fuerte personalidad de Vela provocó que se mantuviera firme en su decisión.
Nadie dudó ni duda de la extraordinaria calidad de Vela. Uno de los primeros en ser deslumbrado por la exquisita técnica del mexicano fue Wenger, entrenador del Arsenal, especialista en captar nuevos talentos por todo el planeta, y que se fijó en un delantero de apenas 16 años que despuntaba en el Guadalajara. Pero la trayectoria de Vela en los gunners nunca respondió a las expectativas. No sería hasta 2011 cuando el mexicano encontró un club y una ciudad a su medida: «La Real es como una familia y por eso me he sentido a gusto».
Ahora Carlos Vela se prepara para alejarse todavía más del fútbol de élite cumpliendo uno de sus sueños: vivir en California. Y lo hará al lado de Saioa y Romeo, su razón de ser más allá de los rigores de la fama.
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