A algunos la Eurocopa nos ha cogido por sorpresa. Con todos los vaivenes de los últimos tiempos ya no sabíamos qué tocaba este verano. Pero una vez que la pelota ha echado a rodar, todo parece que está más cerca de la normalidad. Y un rasgo de normalidad es ver a las novias de los futbolistas en los estadios vestidas con la elástica nacional y apoyando a sus chicos. Una de ellas ha sido April Ivy, nombre artístico de Mariana Barreiros Dos Santos Gonçalves, pareja de Rúben Dias, flamante fichaje del Manchester City el pasado verano.
Casi 70 millones de euros pagó el Manchester City por Rúben durante el verano del coronavirus. No está nada mal teniendo en cuenta las circunstancias y que muchos de los principales equipos de Europa estaban pasando por aprietos económicos. Pero Guardiola decidió que el central del Benfica valía ese dineral y apostaron por él. Un gran cambio para el jugador… y para su novia April.
“Estamos los dos muy contentos y adaptándonos. Sigo con mi carrera aquí y estaré entre Portugal e Inglaterra. Estaré en aviones constantemente, siempre de allá para acá”. Al poco de llegar a Manchester, April concedía una entrevista a una radio portuguesa en la que explicaba cómo lo estaban pasando en esas primeras semanas de adaptación. Y de paso confirmaba que no estaba en sus planes mudarse definitivamente con su novio… al menos de momento.
Y es que April no es una WAG más. Con apenas 17 años sumaba su primer hit como cantante y fichaba por una multinacional. Fue el primer paso de una carrera que todavía no ha despegado definitivamente pero que tiene a la artista más que ocupada con su propia carrera. Esa es una de las razones por las que la joven aún tiene que pasar largas temporadas en Portugal.
De cualquier forma, para una cantante como ella, que su novio se haya mudado a Manchester es una gran noticia. A buen seguro que si ella hubiese podido elegir el destino de Rúben Dias, es probable que se hubiera quedado con un club de Londres, una de las capitales mundiales del negocio de la música… Pero Manchester tampoco está mal.
“Estoy muy tranquila y sé que puedo contar con él. Ambos estamos en entornos muy competitivos … Los dos tenemos mucha confianza el uno en el otro porque si no lo hiciéramos, no funcionaría”. El hecho de compartir la vida con un futbolista supone un acicate más para April que también sabe lo que es trabajar en un entorno de mucha presión. Suponemos que la cantante sería una de las que más sufriría con la derrota de su chico en la final de la Champions, además jugando en Portugal. Pero el fútbol, como la música, tiene sus altibajos.
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