Cuando Kevin-Prince Boateng fichó por el Milan en 2011, su carrera parecía despegar definitivamente. El delantero germano de origen ghanés se enrolaba en uno de los grandes de Europa. Pero su disipada vida fuera de los terrenos de juego fue la responsable de que Boateng no terminara de explotar en el calcio. Lo que sí explotó en Milán fue su relación con Melissa Satta, uno de los rostros televisivos más conocidos de Italia… y una de nuestras WAGs preferidas.
Melissa y Boateng se conocieron mientras el futbolista militaba en el conjunto rossonero. Pero pronto se dieron cuenta que para mantener su relación debían pasar largo tiempo separados. Boateng volvió a Alemania en 2013 y Melissa tuvo que quedarse en Italia atendiendo sus numerosos compromisos profesionales. La llegada de Maddox, hijo de la pareja, puso de nuevo a prueba esta relación. Fue entonces cuando el jugador alemán decidió coger el toro por los cuernos y dedicarse en exclusiva al fútbol… y a su familia.
La familia, lo primero
«En cuatro años gasté mi dinero en coches, joyas y amigos que no lo eran», decía Boateng hace un tiempo. Todo cambió para él… incluida su alimentación. Dejó la noche, las fiestas y empezó a usar su dinero de forma más racional. Y Melissa le recomendó a su primo hermano Giorgio Barone, que se ha convertido en una especie de consigliere del futbolista. Aunque su ocupación principal es cocinar para el jugador, Giorgio admite que «le lleva a entrenar y hace un poco de todo, además de preparar sus platos preferidos.»
Y es que Boateng se ha italianizado desde que conoció a Melissa, centrándose mucho más en la familia. Y esta ha sido la razón principal por la que el delantero decidió dejar Las Palmas para volver a la Bundesliga.
Pocos días antes de cerrarse el mercado de fichajes, Boateng abandonaba la isla rumbo a Franckfurt. Entre lágrimas y agradeciendo el cariño de la afición del equipo canario, el ex del Milan volvía a su país. ¿Las razones? Personales, según declaró el futbolista.
Pero gracias a una entrevista a Melissa Satta en su país no hay lugar a la duda. Boateng necesitaba estar más cerca de su hijo y su mujer que, como sabemos, disfruta estando ‘encima’ del delantero:
«El año pasado fue difícil porque Kevin estaba en España, esta temporada juega en Frankfurt y estoy a 50 minutos de distancia en avión. No es lo mismo.»
Y es que Melissa Satta está volcada también en su trabajo. Presenta, desde hace años, el programa Tiki Taka y este otoño, además, inicia El padre de la novia, un reality en el que las novias eligen el vestido para su boda acompañadas de sus padres.
De cualquier manera, la distancia entre Frankfurt y Milán es corta y la pareja podrá pasar mucho más tiempo junta.