Lleva cinco años viviendo en Ucrania junto al capitán del Shakhtar Donetsk y, a pesar de las grandes diferencias que hay con su Brasil natal, Gabriela se ha adaptado muy bien a su vida en el Este de Europa. Tras un verano muy movido que incluyó el Mundial de Rusia y un amargo secuestro en la familia, esta despampanante modelo ha recuperado la sonrisa.
A veces que hay que ir un poco más allá para encontrar nuevos valores en el mundo de las WAGs. No solo la Liga española o la inglesa cuentan con novias de futbolistas dignas de mención: también en Ucrania descubrimos nuevos talentos. ¿Qué pasaría si el marido de Gabriela jugase en el Real Madrid o en el Machester United? Probablemente ella tendría muchos más seguidores en sus redes sociales y sería considerada una diosa.
Pero Gabriela no parece muy preocupada por tener solo poco más de 20.000 seguidores en Instagram. Ella está la mar de contenta con su vida, si nos atenemos a sus publicaciones en redes sociales. Ni el frío ucraniano la impide vestir a la última moda, dejándonos posados de infarto siempre que puede. Y cuando llega el verano —que también hay verano en Ucrania— se pone el bikini para lucir un cuerpo de escándalo.
Y es que su marido lleva buena parte de su carrera deportiva jugando en Ucrania. Aterrizó en 2010 en el Metalist procedente del Internacional de Porto Alegre. Fue una época en la que el fútbol ucraniano, aprovechando la buena coyuntura económica del país, comenzó a fijar sus ojos en otras naciones (especialmente Brasil) para nutrirse de futbolistas diferentes. En este contexto llegó Taison que, 3 años más tarde, fichaba por el Shakhtar, el club más importante del país, coincidiendo con muchos compatriotas y viviendo una de las mejores épocas del conjunto ucraniano, dejando huella en la Champions League.
Fue ese año también cuando se casó con su novia Gabriela la cual dejó su Rio Grande do Sul natal para irse a Ucrania. Tal vez al principio creyese que era por un par de años, pero allí sigue cinco años más tarde y con perspectivas de continuar. Su marido es el capitán y aun le restan tres años más de contrato.
El buen papel de Taison en los últimos tiempos le valió la convocatoria con su selección para disputar el Mundial de Rusia. La cita, como sabemos, no terminó muy bien para la canarinha, y además, poco después, Taison tuvo que padecer el secuestro de su madre en Brasil que, por suerte, se resolvió sin consecuencias.
Mientras el extremo nacido en Pelotas (no es broma) se recupera de una lesión, Gabriela se encarga de mimarle para que vuelva lo antes posible a los terrenos de juego.