“La gente piensa en la esposa de un futbolista como alguien que no quiere hacer nada en la vida, pero es todo lo contrario”. La vida de Mayara Zerbetto ha dado un giro radical desde que conoció en 2016 a Gustavo Henrique da Silva Sousa, alias ‘Gustagol’. De vivir en casa de sus padres a ser la novia de un popular jugador del fútbol brasileño. Cuenta Mayara que incluso necesitó ayuda psicológica por su papel como WAG, pero ya lo va superando. Ahora vive en Corea del Sur a donde su marido llegó este verano para jugar en el Jeonbuk Hyundai Motors.
Una turista más. Mayara Zerbetto tenía pánico a dejar su trabajo para estar al lado de un futbolista que hoy está allí y mañana aquí… pero el amor lo puede todo. Desde hace unas semanas ha cruzado el Pacífico para irse a vivir a Corea del Sur tras el fichaje de Gustagol por un club de la liga surcoreana. Y se venían preparando para algo así desde el verano pasado cuando celebraron una boda exprés por si el jugador cambiaba de país: “Estaba recibiendo muchas propuestas, incluso de otros países como Arabia, por ejemplo, que las mujeres solo podían ir si estaban casadas, decidimos casarnos rápido… porque si tuviéramos que movernos no correría el riesgo de hacerlo después”.
Y aunque no fue en 2019, el cambio de residencia si llegó finalmente en 2020. A sus 26 años, el delantero brasileño ha militado en decenas de equipos en su país. Desde que llegó al Corinthians en 2015 se sucedieron las cesiones a diferentes clubes hasta que en 2019 por fin celebraba un título con su club. Mayara no dudó en saltar al césped y hacerse la típica foto con el trofeo que acreditaba al Corinthians como ganador por tercer año consecutivo del Campeonato Paulista.
Y entonces fue cuando Mayara y Gustagol decidieron casarse… por si llegaba una buena oferta de fuera de Brasil. Finalmente aguantaron otro año más… pero con cambio de equipo en el fútbol brasileño. Gustavo se iba al Internacional en febrero donde solo estaría cinco meses, imaginamos complicados por la llegada de la pandemia.
Cuenta Mayara que cuando empezó a salir con el futbolista en 2016, ella era una joven entrenador personal que vivía aún en casa de sus padres. Y cuando se vio con Gustavo cambiando de residencia y dejando su trabajo tuvo una crisis: “pasé de ser una persona que trabajaba y hacía de todo a una que servía a los demás, porque una se queda en casa haciendo cosas por su marido y me empecé a sentir mal por eso… aunque luego me fui adaptando”. Y más adaptación cuatro años más tarde. Nueva vida y nuevo país por descubrir en Corea del Sur junto a Gustagol. ¡Si hasta se ha puesto la camiseta del Jeonbuk!