La mujer de Darío Benedetto está de celebración: acompañará a su marido en su gran sueño de triunfar en Europa. El ex futbolista de Boca fichó por el Olympique de Marsella y para Francia se han ido con él Noelia y sus dos hijos. No se nos ocurre un club mejor para la familia en Europa: la afición del Velodrome es aguerrida y fiel como ninguna otra en Francia, igual que Darío y señora.
El 22 de agosto, Noelia Pons publicaba una imagen en su cuenta de Instagram con el puerto deportivo de Marsella de fondo: “primer paseo por Marsella”. Si alguien dudaba de que la mujer de Benedetto fuera a dejarle solo por Europa estaba muy equivocado.
Días antes, algunos fans del Olympique se cuestionaban sobre la presencia de Noelia en la ciudad. “Algunas esposas se quedan en su país de origen dependiendo de sus trabajos”, señalaba un hincha. “Sería bueno para el jugador y su vida familiar que estuviera con él”. Y no hay nadie más familiar que Noelia... a pesar de su profesión.
La mujer de Benedetto posaba orgullosa hace semanas con el título de “Periodista de moda”. A ver, que Espacio Buenos Aires no es la UBA ni hacer un curso de tres meses online es como estudiar un grado de varios años, pero Noelia siempre ha tenido claro que su vida va más allá de gritar los goles de su marido y cuidar a sus dos hijos.
Asesora y productora de imagen, además de maquilladora, es también una reputada influencer. A punto de superar los 100.000 seguidores en Instagram, le lloverán nuevos followers a poco que los hinchas del Marsella la vayan conociendo. Es del todo imposible que Noelia sienta más los colores del conjunto galo que los de su querido Boca pero pronto empezará a entender que ambos clubes tienen mucho en común, sobre todo en cuanto al fanatismo que generan en sus respectivas ciudades.
Conocida por decir siempre lo que piensa, a Noelia Pons le acompaña siempre la polémica, sobre todo si se trata de defender a su marido o atacar al eterno rival. Confiamos en que en Francia tenga la pistola enfundada una temporada si quiere entrar con buen pie.
Y es que su marido se juega mucho en los próximos meses. Ha conseguido el segundo sueño de su carrera (el primero, por supuesto, era defender los colores de Boca): “jugar en un club importante de Europa era un sueño pendiente”, como el mismo reconoció en su mensaje de despedida a los aficionados xeneizes.
Aunque esta oportunidad le llega a los 29, su contrato de 4 años le da para tomarse las cosas sin prisa… pero sin pausa. Las primeras críticas de su entrenador Villas-Boas por tirar —y fallar— un penalti que no le correspondía no han debido ser fáciles de digerir. A Darío (y señora) les queda mucho trabajo en Marsella.